Todo
Orgaz es monumento,
cada casa, cada patio,
es monumento en la mente,
es monumento en el tiempo,
con la historia que desprende
sin querer le vas queriendo.
A veces
creo sentir
el andar por sus callejas
de las almas que se fueron,
porque no quieren marcharse,
quieren estar en su pueblo,
quieren sentir sus aromas,
no quieren irse hacia el cielo.
En las
noches del invierno,
siembra el viento su misterio,
siembra la noche su encanto,
el silencio su sosiego,
como sacado de un cuento
el pueblo queda encantado,
se oye entonces su lamento
y te embriaga su letargo.
Al llegar
la media noche
todo el pueblo es fantasía
todo es arte, todo ensueño,
es una fiel letanía
de amor y de sentimiento,
de recuerdos, paz y vida,
eres absoluto dueño
de su apagada alegría
que luego recobra el pueblo
al llegar el nuevo día.
Me gusta
Orgaz en la noche,
me gusta andar solitarios
us angostos callejones,
sus escudos, sus blasones,
me gusta Orgaz en la noche
porque con Orgaz yo hablo.
Sus
piedras cuentan pasiones,
sus farolas emoción,
la lluvia es la melodía
que le falta a la poesía
antes de hacerse canción.
Y cuando llega la aurora
con su luz lívida y tenue,
a la salida del sol,
Orgaz, misteriosamente,
con sus casas, con sus gentes,
se va convirtiendo en flor. |