En la plaza Colón de Córdoba existe una torre que se llama de la Malmuerta, nombre que la leyenda atribuye a que un caballero, ascendiente de los marqueses Villaseca, mató a su mujer juzgándola culpable de adulterio, sin que éste estuviera probado, y que al darse cuenta de la injusticia que había cometido, arrepentido, suplicó su perdón al rey, siendo condenado a levantar esta torre expiatoria, en recuerdo de la dama que, por sucumbir sin culpa, había sido mal muerta.
Esta leyenda popular de la torre arranca del histórico asunto de Los Comendadores, que fue la brutal venganza que tomó de su honor conyugal el Veinticuatro de Córdoba, Fernando Alfonso, al matar a su esposa adúltera, así como a sus dos parientes: el comendador de Cabeza del Buey, y el del Moral, ambos caballeros de la Orden de Calatrava.
La poesía del pueblo plasmó estos hechos en una canción anónima. Posteriormente el jurado de Córdoba, Juan Rufo (1547-1620), recogió el suceso en un largo poema que tituló “Romances del veinticuatro de Córdoba” y, finalmente, Lope de Vega, se basó en el poema de Juan Rufo para escribir su gran tragedia Los Comendadores de Córdoba.
En el romance III, que reproduzco a continuación, Fernando el Comendador de Cordoba , se encuentra en Toledo y su hemano (o primo) Jorge , a la sazón amante de la mujer de Fernando emprende camino a Toledo. En Toledo se descubre el adulterio, con intervención del Rey. Fernando se vuelve a Córdoba, pasando por Orgaz, “villa nombrada por el templede los silos.”
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Texto tomado de: RUFO, Juan: Romances del veinticuatro de Córdoba.-- En DURÁN, Agustín (Ed.): Romancero general, ó coleccion de Romances Castellanos anteriores al siglo XVIII, recogidos, ordenados, clasificados y anotados.—Madrid: Impr. M. Rivadeneyra, 1851. Pp. 73-75