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DON FERNANDO
Ya estamos en el castillo
de San Cervantes.
DON PEDRO
Y aquí
diré lo que allí sentí,
pues aquí puedo decillo.
(Mete mano.)
DON FERNANDO
¿Con la espada respondéis?
DON PEDRO
Solo con acero puedo,
que es la lengua de Toledo,
a quien vós agravio hacéis.
La brevedad es de sabios,
la dilación siempre enoja;
respondo en sola una hoja
al libro de mis agravios.
DON FERNANDO
En agravios tan pequeños
es resuelto el responder,
y hay libros que suelen ser
libelos para sus dueños.
DON PEDRO
Sacad la espada.
DON FERNANDO
Mirad
que estará la culpa en vós
y que ya estamos los dos
muy lejos de la ciudad.
(Sale DON JUAN DE AGUILAR, galán, de camino, como que se apea por haberlos visto.)
DON JUAN
Aunque mal agüero sea,
¿cómo es posible escusallo?,
pues no es justo que a caballo
reñir estos hombres vea,
que parecen caballeros.
DON FERNANDO
A tanta resolución
ya responde la razón,
que se infaman los aceros.
(Riñen.)
DON PEDRO
¡Ay!
DON JUAN
¡Ténganse!
DON FERNANDO
¿Para qué?
DON JUAN
Pasole todo el acero.
DON FERNANDO Esto es hecho.
(Vase DON FERNANDO.)
DON JUAN
¡Ah, caballero!
No habla, el otro se fue
y confuso me dejó.
¿Qué haré? Dios contigo sea.
¿Quién habrá que ya no crea
que yo le he muerto? Espiró.
Vengo de Sevilla aquí
a matar un caballero
y al entrar hallo este agüero.
No lo será para mí,
que si me avisa y humilla
Dios con ponerme este miedo
antes de entrar en Toledo...;
quiero volverme a Sevilla.
En llegando mi criado
doy la vuelta a Orgaz. ¿Qué es esto?
La mula en salvo se ha puesto.
¿Si el matador la ha llevado?
Crüel con entrambos fue
sobre pagar mal mi celo,
que al uno deja en el suelo
y al otro ha dejado a pie.
(Salen la JUSTICIA, ESCRIBANO y criados.)
ALGUACIL
¡Téngase al Rey!
DON JUAN
Por fuerza he de tenerme,
y detenerme ya será forzoso,
pues el que dio la muerte cauteloso
la mula me ha llevado en que venía.
ESCRIBANO
Bueno es hablar con esa gallardía.
¿Un hombre muerto en el Real camino
y nos quiere decir que ahora vino?
ALGUACIL
¡Por Dios, señor Mendoza, que el difunto
es Don Pedro Ramírez!
ESCRIBANO
Es sin duda,
hasta el color del rostro se le muda.
DON JUAN
En desdichado y desgraciado punto
vine a Toledo.
ALGUACIL
Asilde bien!
DON JUAN
¡Teneos!
ALGUACIL
No nos venga a vender ricos trofeos.
¡Muestre la espada!
DON JUAN
¡Hidalgos, poco a poco!
(Sale LIMÓN, criado de DON JUAN, de camino.)
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