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Antonia María PEREA NIETO

Monja


Antonia María PEREA NIETO. Priora de Santo Domingo el Real de Toledo, (c.1693-1763)

 

El matrimonio formado por Juan de Perea y Teresa Nieto, moradores de la casa de C/ Francos (actual colegio de las MM. Claretianas), tuviron 11 hijos, de los cuales hubo algunos religiosos e incluso destacados como Diego-Felipe, que fue canónigo de Guadix, Obispo de Almería y Arzobispo de Burgos y Pedro Antonio, Presbítero, Abad de Salas y Capellán del Rey; tres hijas fueron mojas en el convento de Santo Domingo el Real de Toledo: Josefa (entró: 11-10-1688), Clara (tomo habito: 11-10-1688) y Antonia María (profesó: 21-05-1710), que llegó a ser Priora.


Árbol genealógico de los Pera Nieto

D. Ramón Perea, en su libro, Historia del apellido "de Perea" (1380-1986), transcribe un párrafo de la partida de defunción de Doña Antonia María, que bien puede servir de presentación de este personaje:

“El 27 de junio de 1763, murió en este convento, la Sra. Dª Antonia Mª  de Perea, a la edad de 60 años y un mes. Fue priora dignísima de este Convento nueve años, en tres trienios. Es digna de gloriosa memoria, por la prudencia y celo con que gobernó esta comunidad en los referidos nueve años de su prelacía. Está enterrada en el Coro menor, primera línea, losa segunda.
Hoy, se conserva como donación suya, un monumento para la exposición del Santísimo en la iglesia conventual de gran valor, que se sigue usando en la actualidad para tal fin.

Por su parte, Pablo Peñas Serrano en su trabajo Mujeres en la Historia de Santo Domingo el Real de Toledo (2), hace una biografía de esta priora que transcribo literalmente a continuación:

Quizás una de las prioras más prestigiosas de este siglo de las Luces fue doña Antonia María de Perea. Nació en Orgaz hacia 1693 (40), y tomó el hábito el 17 de febrero de 1700, junto a su hermana María Teresa. Eran hijas de don Juan de Perea Madaleno y doña Teresa Nieto Madaleno, asimismo naturales y vecinos de la villa de Orgaz. Don Juan, familiar del santo Oficio, ocupaba el puesto de alcaide del castillo de Orgaz, además de ser reconocido en su población como “hijodalgo”.

Antonia profesó el 21 de mayo de 1710 (41). El por qué eligió el monasterio de dominicas es fácil de suponer, ya que esta familia tenía desde el siglo XVII una profunda relación con la comunidad. Por ejemplo, en 1661 eran religiosas aquí Dª Catalina y Dª María Teresa de Perea, hijas de D. Gaspar de Perea, a las que dejó una renta en su testamento. Estas dos eran tías de Doña Antonia, y es probable que se educara con ellas. Además un tiempo antes que Antonia y Teresa, habían ingresado otras dos hermanas, Josefa (1688) y Clara (1691). Por lo que en un determinado momento pudo haber hasta seis religiosas de una misma estirpe.

Fuera del cenobio, Antonia María tuvo algunos hermanos que ennoblecieron aún más su linaje, como Don Pedro Perea, Abad de San Soles y Capellán del Rey. O Don Diego Felipe, que tras ser canónigo en Guadix, ocupó la silla episcopal de Almería, y más tarde la arzobispal de Burgos durante siete años (42).

Santo Domingo
Monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo

Antonia fue, sin duda, la más ilustre de todas, tal como se recoge en el libro de Difuntas, a la que califica de “priora dignísima... de gloriosa memoria, con la prudencia y celo con que gobernó”. De hecho ejerció el priorato en tres trienios (1745-47, 54-56, 59-61), ocupándose de ordenar y esclarecer la situación de la hacienda, que había llegado a un estado de cierta confusión.

Por su parte y de forma personal, hizo donación de la cajonera de la sacristía, obra de gran interés y que se conserva incompleta, y de la bellísima arca del Monumento, que aún tenemos oportunidad de gozar durante la Semana Santa, y ahora devuelto a su belleza primigenia después de la restauración efectuada el año pasado.

Tal como dentro de poco saldrá publicado por nuestra parte, Antonia María de Perea tuvo la gran preocupación de mantener la altura de la prestigiosa capilla musical del monasterio, facilitando el ingreso de religiosas sin dote, que pedían ocupar las plazas de músicas en el pequeño conjunto orquestal del convento. Así vinieron a ingresar jóvenes procedentes de muchos rincones de España, que con gran vocación pero faltas de recursos económicos, sabían que su ingreso en Santo Domingo era posible demostrando una habilidad musical, tanto en el canto, como sobre todo en el manejo de instrumentos.

Su apellido no desapareció con ella, antes bien, a su cuidado y protección entraron otras Perea, como Teresa Perea Calderón de la Barca, su sobrina, a la que regaló 200 ducados para su dote, y María Perea y Nieto, que entró con 8 años al quedar huérfana, y a la que se puso bajo la tutela de su tía Antonia. Estas Perea llevaron la presencia de esta casa en el cenobio hasta los años finales del XVIII.

Antonia María falleció el 27 de junio de 1763, con setenta años de edad, dejando una ilustre memoria que ha llegado hasta nuestros días.

40 .- A.S.D.R. Libro de Defunciones S/F.

41 .- A.S.D.R. Libro de Profesiones. Fol. 5

42 .- Sobre los Perea véase el trabajo inédito de PEREA BRAVO, R. “ Historia del apellido de Perea” 1986

 

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(1) PEREA BRAVO, Ramón: Historia del apellido "de Perea" (1380-1986).-- Orgaz: Edición del autor, sin fecha.— Edición electrónica de Jesús Gómez, 2013, disponible en: www.villadeorgaz.es/apellido-perea.pdf

(2) Tomado de : PEÑAS SERRANO Pablo: Mujeres en la Historia de Santo Dmingo el Real de Toledo .—Disponible en: http://www.dominicos.org/monjas/estudios/mujeres.htm           



 
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