Tenemos conocimiento de este cirujano orgaceño gracias a la referencia que hizo de él don Thomas de Berico, párroco de Orgaz, cuando respondió en 1.784, al cuestionario que el Cardenal Lorenzana mandó a los párrocos de la diócesis de Toledo.

Josepf de Mora, con anterioridad a la fecha en que escribe Berico, estuvo trabajando como cirujano (1) en el Hospital de Argel. Sabemos que a su regreso de África ejerció su profesión en Yébenes, atendiendo también a enfermos en Orgaz cuando se le demandaba.

En el siglo XVIII predominaban las enfermedades infecciosas, a las que se aplicaba como solución la sangría. Joseph de Mora, contrario al uso abusivo de esta terapia que se hacía en la época, fue uno de los precursores en la utilización de otros tratamientos, consiguiendo curar el carbunco con un “grano de solimán” depositado sobre la lesión (2) , tal como refiere Berico:

“Yo no repruebo generalmente las sangrias, bien conozco su utilidad y aun necesidad en muchos casos, pero abomino que se haga un abuso tan grande de ellas, que se coloquen en la clase de remedio universal para todos los males. Una combincente prueba de lo dicho he observado en los carbuncos. Hasta poco tiempo haze se creya en este pueblo que el unico remedio para este pestilente mal era el de las sangrias, ymmediatamente que se descubria (sic) esta enfermedad se hacian, en brebe tiempo, a los enfermos muchas y grandes evaquaciones de sangre; morian muchos y los que escapaban con vida se yevan a las puertas de la muerte, pero despues se ha visto que el remedio de sangrar en dicha enfermedad era summamente nocivo, y con el simple methodo y facil remedio de aplicar por veinte y quatro oras un grano de soliman, a la parte exterior del carbunco, he visto sanar deste mal a muchas enfermos. El uso de este remedio se ha devido a Josepf de Mora, natural desta villa de Orgaz y vezino de Yebenes, el qual exercio por algunos años la facultad de zirujano en el hospital de Argel, y es de advertir que si alguna se le ha llamado para la curazion de esta enfermedad y ha savido que al enfermo lo han sangrado, no quiere poner mano en la curazion”. (3)

El hospital de Argel se funda en el año 1661 por los Trinitarios de Castilla, para atender la salud de los cautivos cristianos en aquella ciudad, que a mediados del siglo XVIII eran en torno a los 6000 (4) . El hospital estaba bajo la protección de los reyes de España y bien visto por las autoridades locales. Contaba con cuatro religiosos, un cirujano y un boticario (5) . Durante algún tiempo este cirujano debió ser nuestro Joseph de Mora.

Argel. La Puerta de Babazón. (Dibujo de fines del siglo XVIII)

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(1) En España durante el siglo XVIII la atención sanitaria estaba en manos de varios perfiles profesionales: médicos, cirujanos, boticarios, sangradores, barberos y parteras. Tenían una formación bastante dispar y sus funciones aunque estaban delimitadas por la legislación vigente, en la práctica muchas veces se solapaban y confundían. El Tribunal del Protomedicato era el encargado de otorgar las licencias para actuar profesionalmente. (Ver GRANJEL, Luis. La Medicina española del siglo XVIII.-- Salamanca:Universidad, 1979, pp. 79-90)

(2) Solimán: una especie de compuesto hecho a base de mercurio.
Andrés Laguna, médico de Julio III, publicó en 1566 un Discurso sobre la peste que se imprimió en Salamanca , en el que proponía este mismo tratamiento. ( Ver CULLEN William: Elementos de medicina práctica.—Madrid: imprenta de Benito Cano, 1799, p. 163)

(3) PORRES DE MATEO, J.; RODRIGUEZ DE GRACIA, H. y SANCHEZ GONZALEZ, R.: Descripciones del Cardenal Lorenzana.- Toledo: Instituto de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1986

(4) Ver BARRIO GONZALO, M.: Los cautivos españoles en Argel durante el siglo ilustrado.—En Cuadernos Dieciochistas , 4, 2003, pp. 135-174

(5) Ver TORRES ALONSO, B.: Los hospitales trinitarios de Argel y Túnez.— En Hispania Sacra, 48, 1996, pp. 639-717.

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