El
Riansares, con agua
y nevado
Foto: Santiago Gómez
En líneas generales, el clima en la provincia de Toledo,
propio de la su zona que es el mediterráneo continental,
se caracteriza por su sequedad en las precipitaciones y por tener
temperaturas bastante extremas, llegando las máximas absolutas
a los 40º en verano y las mínimas absolutas hasta
los –10ºC en situaciones de olas de frío.
Dentro de la variedad existente en cuanto al clima en la comarca
de Los Montes de Toledo, Orgaz por
su situación geográfica , se caracteriza por tener
inviernos bastante fríos y veranos largos secos y calurosos,
si bien al estar situada en una llanura a los pies de de la cara
norte de la Sierra de los Yébenes , hace que las temperaturas
no sean tan extremas como en el resto de la región. Las precipitaciones anuales son escasas, siendo la media en torno a
los 400 l/m2.
Puede consultar el tiempo que hace hoy pulsando aquí.
Cabañuelas
«Mirar al cielo es lo primero que hace el hombre del campo cuando empieza a clarear el día. El tiempo condiciona las cosechas y de él depende la planificación de las tareas agrícolas y ganaderas. Por eso a lo largo de milenios se han observado los signos de la naturaleza, y no sólo la nubes y los vientos sino también el comportamiento de los animales, los árboles y las plantas, con la finalidad de predecir los fenómenos atmosféricos. Es lo que en la mayor parte de España y en América se conoce como cabañuelas, una forma de pronosticar si el año siguiente será seco, lluvioso, frío, etc. observando el comportamiento del tiempo durante los primeros días de agosto.
La dirección del viento, la evolución de las nubes, el rocío de la mañana, el sol, la luna y las estrellas anuncian el tiempo venidero a aquellos que saben leer su lenguaje. “El cerco del sol moja al pastor y el de la luna le enjuga”, dicen en Orgaz los pastores. Lo mismo que el comportamiento de los animales: el orejeo de las mulas o la aparición de hormigas con alas son indicios infalibles de agua, igual que cuando las ovejas, estando encerradas o comiendo, se sacuden como quitándose agua. Y si se ponen amodorrás, el agua llegará en dos o tres días. Estos animales también barruntan que va a hacer frío cuando dan brincos igual que los corzos. Si las nubes aparecen muy cerradas, no falla el agua, pero también lo anuncian el crujido de los muebles, la aparición de humedad en suelo y paredes, el hollín que cae de la chimenea y cuando “lloran” los sarmientos estando secos. El dolor de las articulaciones en algunas personas o que el gallo cante de día es anuncio de que el tiempo va a remudar, y los gatos anticipan viento cuando corren y saltan. También tradicionalmente se ha observado el vuelo de los buitres, alimoches y milanos para saber los vientos que soplaban en las alturas y predecir si se aproximaba algún cambio
Las fechas para “coger” las cabañuelas varían de unos lugares a otros, siendo las más comunes las que se toman los 12, 18 ó 24 primeros días de los meses de enero o de agosto. En Orgaz se cogen entre el 1 y el 13 de agosto, pues el primer día de este mes compendia los indicios del tiempo que hará durante todo el año siguiente, y del día 2 y sucesivos se saca la predicción de cada uno de los meses, empezando a contar en enero. Para ello hay que observar a lo largo de las 24 horas del día los fenómenos que se producen en el cielo.
“El aire que viene de Ajofrín es muy cabrito, porque eso quiere decir que viene un tiempo muy seco, muy seco, muy seco”, dice un pastor orgaceño que lleva más de cincuenta años cogiendo las cabañuelas. Precisamente la sequía es su predicción para 2015: “Ojalá que me equivoque, pero las cabañuelas van a ser muy secas porque no solo se vio el uno de agosto sino también en los días siguientes”. Por el contrario, el aire que viene de Marjaliza, el ábrego, anuncia lluvia, mientras que con el solano siempre se ha dicho que “el agua en la mano, lo mismo en invierno que en verano”, pero en este caso será en forma de tormenta. Y peor que las tormentas será el granizo, que también se anuncia desde la parte de Marjaliza: “En cuanto en la sierra de Marjaliza aparece un ‘peluconcito’, el pedrisco es seguro”, dice el mismo pastor, que señala el peligro que entraña para las ovejas si están recién esquiladas. El pedrisco se aprecia en las cabañuelas cuando el día que se cogen las nubes son blanquecinas, mientras que si se ponen “renegras” lo que anuncian es agua. En el punto intermedio –ni blanquecinas ni “renegras”- la previsión es de granizo. Por su parte, la nieve en las cabañuelas la predice el cielo cuando se pone muy cerrado con algo de niebla y niebla blanca, mientras que cuando el tiempo está sereno y raso predice heladas para el mes correspondiente.
La naturaleza envía permanentemente señales que los hombres del campo han ido interpretando hasta conseguir predicciones fiables, aunque el cambio climático posiblemente esté dando al traste con esta sabiduría.
De momento, “cuando el grajo vuela bajo… hace un frío del carajo"» (1)